martes, 19 de enero de 2016

4.5.2. Reflexiona, argumentando de forma razonada y creativa sus propias ideas, sobre las implicaciones filosóficas que afectan a la visión del ser humano, en cada una de las cosmovisiones filosóficocientíficas estudiadas.





Visiones globales del mundo:

- El mundo viene “de abajo”: no hay Dios y el mundo se ha hecho solo a sí mismo, por casualidades y por leyes que han dirigido el crecimiento. Entonces el mundo es absurdo. Esta es la visión científica de la realidad

- El mundo viene “de arriba”: lo ha hecho (lo ha creado o lo ha ordenado) un ser inteligente: Dios. El orden es resultado de la acción de un ser inteligente. Esta es la visión religiosa de la realidad.


- El mundo mismo es Dios o, por lo menos divino. Es la tercera posibilidad. Aunque, de entrada, puede parecer sorprendente, esta postura está bastante extendida. La defienden algunos panteísmos antiguos o los panteísmos orientales. Y es también la postura insinuada por algunos importantes científicos modernos, por ejemplo, el premio Nóbel de física Schrödinger o el propio Einstein. Lo característico de esta postura es transmitir al universo la característica más importante que se puede hallar en él, la conciencia humana. Aunque no sea una persona, tiene una cierta conciencia o, por lo menos, una cierta lógica global. Al todo, se le puede llamar “Dios”, aunque, generalmente, no piensan en un ser personal. Es más algo que alguien.

-La filosofía descubre el orden del universo, pero no adopta una postura única. Puede acercarse a las posturas científicas y materialistas, a las religiosas y espiritualistas o las panteistas


Las tres explicaciones globales dan lugar a tres modelos de ser humano:

- Si el mundo es una casualidad sin sentido, el ser humano es también una casualidad sin sentido. Y no vale más que el resto. Esto tiene consecuencias prácticas. La cultura occidental y nuestras instituciones democráticas están basadas en la idea de que todo hombre tiene una especial dignidad que debe ser respetada. Pero si es un poco de materia acumulada por casualidad no se ve por qué hay que respetarla especialmente.

- Si el mundo lo ha hecho Dios, el hombre puede ser, como defiende la biblia, “imagen de Dios”. Un ser inteligente y libre, con un destino trascendente o sobrenatural.

- Si el mundo mismo es Dios todo es parte de lo mismo. Todo es divino o emanación unida a lo divino. Entonces, el ser humano sólo puede ser un chispazo transitorio del todo. Una parte que se ha separado temporalmente y que manifiesta temporalmente una conciencia personal, pero que está llamada a unirse y fundirse en el Todo, como defienden los panteísmos orientales (hinduismo).

Pero si el mundo es divino no es absurdo y nuestra obligación es cuidarlo, respetando la vida o mejorándolo.









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