El análisis del conocimiento envuelve cinco problemas:
1. La cuestión de la posibilidad del conocimiento humano: ¿El sujeto puede conocer al objeto?
2. El origen del conocimiento: ¿Está en la razón o en la experiencia sensible?
3. La relacion entre sujeto y objeto: ¿el objeto determina al sujeto o el objeto es determinado por el sujeto?
4. Las formas del conocimiento humano: ¿Existe otra forma de conocimiento además del conocimiento racional?
5. La cuestión del criterio de la verdad: ¿Existe un pensamiento verdadero?
CM LA POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO
Dogmatismo, consiste en considerarse en posesión de la verdad, pues nuestras percepciones e ideas son ciertas, de forma espontanea y sin someterlas a crítica. Por mucha evidencia que exista en su contra, el dogmático se aferra a su verdad y rechaza cualquier critica o prueba en contra. Esta actitud se opone al escepticismo, que niega la posibilidad de alcanzar un conocimiento cierto de alguna cosa. El dogmatismo filosófico supone, además, mantener una ciega confianza en la posibilidad de conocer.
Un prejuicio consiste en estar completamente seguro de algo que no se sabe, son afirmaciones gratuitas e injustificadas que hacemos ante de conocer las cosas. Obedecen a la necesidad de poseer certezas para poder tomar decisiones con seguridad. A esto se añade la fuerza de la costumbre. Asi se crea una imagen rígida e invariable de las cosas. Esta imagen de la realidad es una simplificación y suele ser refutada por los hechos. Pero preferimos aferrarnos a la seguridad de nuestras convicciones por dudosas y erroneas que sean, antes que atrevernos a ponerlas en cuestion. Los prejuicios se extienden con gran facilidad pero son muy dificiles de erradicar. ¡Einstein decia que resultaba mas facil desintegrar un atomo que un prejuicio!
Escepticismo (en griego, skeptesthai, “examinar”), en la filosofía occidental, doctrina que mantiene que no existe ninguna verdad indudable.
El escepticismo metafísico puede denominarse positivismo y el escepticismo religioso suele conocerse como agnosticismo. El ateo niega la existencia de Dios, pero el agnóstico duda, no sabe si Dios existe. Ni las pruebas a favor de su existencia ni las pruebas en contra son concluyentes.
El escepticismo ético suele denominarse relativismo. El relativismo que niega la existencia de verdades universales o absolutas. La verdad depende de la circunstancias individuales y sociales. Cada uno tiene su propia verdad y no existe una verdad objetiva que sirva de punto de encuentro. La poligamia es aceptable en muchas sociedades y un delito en las sociedades occidentales.
El escepticismo radical impide toda investigación teórica y lleva a la parálisis intelectual. Además favorece la pasividad en el terreno práctico, pues impide la crítica y la mejora de del sistema establecido.
El escepticismo moderado en cambio, es beneficioso para la mente pues nos permite eliminar los prejuicios y el dogmatismo y mantenernos en una búsqueda constante de la verdad.
EL ORIGEN DEL CONOCIMIENTO
Platón plantea que existen dos mundos, el mundo sensible y el mundo de las Ideas, uno se corresponde con los datos empíricos y el otro con los conceptos, para Platón las Ideas no son conceptos, uno es cambiante y variado, las ideas son eternas y únicas.
Aristóteles considera que no tiene sentido hablar de dos mundos, inventar un mundo para explicar éste. Los conceptos surgen por abstracción de los datos empíricos. Mientras los sentidos perciben lo individual y cambiante, el entendimiento capta lo común y permanente. Las sustancias tienen una Forma ( la Idea platónica no está separada de las cosas) que define lo que son y las hace inteligibles.
En el neoplatonismo el mundo de las Ideas está en la mente de dios (Nous). La verdad está en dios. Según san Agustín recibimos las ideas eternas por iluminación divina, aunque no puede explicar en qué consiste exactamente.
En el pensamiento medieval hay tres posturas: Los universales son ante rem (anteriores a las cosas), in re (están en las cosas) o post rem (los conocemos después de las cosas)
El nominalismo niega la existencia real de los conceptos universales. Los conceptos son creados por nuestra mente, y quedan reducidos a sonidos o palabras. No tienen fundamento en la realidad. Sólo los individuos tienen existencia real. El conocimiento queda encerrado en el sujeto, y no podemos demostrar que dicho conocimiento se corresponda con la realidad extramental.
Mediante el término navaja de Ockham se pretende decir que todo lo que no procede de la experiencia sensible se puede eliminar. Ockham critica a la escolástica porque crea entes metafísicos para explicar la realidad. Se debe buscar la simplicidad.
Descartes considera que tenemos ideas innatas, las pone dios en nuestra mente. Como dios es bueno y no es engañador, usando las ideas con el método adecuado podemos descubrir la verdad. Los datos empíricos no son necesarios ni útiles.
Para el empirismo no existen las ideas innatas, la mente es es un papel blanco, a partir de los datos empíricos se crean ideas abstractas, que no suministran conocimiento por sí mismas. La metafísica es un error.
Kant proponía analizar los límites que posee la razón humana para alcanzar el conocimiento. A diferencia de lo que habían afirmado los racionalistas y los empiristas, quienes concebían una sola fuente del conocimiento, para Kant el conocimiento es el resultado de dos facultades: por la sensibilidad recibimos los objetos, por el entendimiento los pensamos.
Las intuiciones sensibles, si no son pensadas con un concepto, no nos ofrecerían conocimiento alguno: equivaldrían a un torrente de sensaciones. Los conceptos, por su parte, si no se remiten a una intuición sensible, nos ofrecerían un conocimiento vacío de contenidos. "Las intuiciones, sin conceptos, son ciegas; los conceptos, sin intuiciones, son vacíos".
Para Kant debemos distinguir la apariencia de las cosas, los fenómenos, y la realidad, el noúmeno o cosa en sí, que no podemos conocer. La realidad es una representación mental que construimos a partir de las impresiones
Para el idealismo hegeliano o absoluto, todo es producto del pensamiento, no existe esa supuesta realidad en sí que esté más allá de lo conocido. Todo lo racional es real, y todo lo real es racional. La Razón no se identifica con ningún hombre concreto; la identifica con lo Infinito, cuya expresión más usual es Dios.
CM REALISMO E IDEALISMO
El realismo ingenuo considera que existe una realidad objetiva que podemos conocer con nuestros sentidos y expresar con nuestro lenguaje. Conocemos la realidad tal y como es.
Pero nuestros sentidos pueden engañarnos, los colores dependen de nuestra forma de percibir. No podemos confundir la realidad con nuestra percepción.
El idealismo considera que la realidad conocida no es independiente del sujeto cognoscente. (En la vida cotidiana cuando hablamos de idealismo nos referimos al ético o político, las acciones humanas deben regirse por los ideales. El idealismo se contrapone al realismo, al pragmatismo, para el cual lo más fundamental son los hechos.)
El idealismo es una concepción filosófica difícil de aceptar, parece contrario a nuestras convicciones básicas; se suele indicar que el sentido común es realista. Hasta la Edad Moderna la filosofía había sido realista. A partir de Descartes muchos autores han defendido el idealismo, seguramente como consecuencia del descubrimiento de la subjetividad como el ámbito de la evidencia absoluta y de que el objeto inmediato de nuestro conocimiento no es la realidad en sí misma sino la representación de la realidad en nuestra mente (las ideas).
En su forma más radical, equivale al solipsismo, que afirma que la realidad se deriva de la actividad de la propia mente y que nada existe fuera de uno mismo. Sólo existo yo y mis pensamientos. Sujeto y objeto se identifican totalmente.
¿Alguna vez has tenido un sueño, Neo, que pareciese muy real? ¿Qué ocurriría si no pudieras despertar de ese sueño?, ¿cómo distinguirías el mundo de los sueños de la realidad?
Morfeo en Matrix
“Revoloteaba alegremente; era una mariposa muy contenta de serlo. No sabía que era Chuang Tse. De repente despierta. Era Chuang Tse y se asombró de serlo. Ya no le era posible saber si era Chuang Tse que soñaba ser una mariposa, o era una mariposa que soñaba ser Chuang Tse.”
“Tu vida es lo que experimentas y, más aún, es lo que piensas que has experimentado. Y todo eso ocurre en tu cabeza, que es una habitación cerrada; nadie caminará jamás en esa cabeza ni vivirá en esta habitación para ver las cosas que esa persona ha visto”. True detective
Para el idealismo de Berkeley, existe Dios, las otras mentes y los pensamientos. Nuestras percepciones son contenidos mentales y no podemos saber si existe lo que ellas representan. El sujeto no hace que existan los objetos, sino que su idea es introducida en la mente humana de modo directo por Dios. El cuerpo es una idea muy arraigada en nuestra mente. No tenemos ninguna garantía de que a nuestras percepciones de él les corresponda un objeto externo. Podemos pensarnos existiendo sin cuerpo pero no existiendo sin mente. Existir es percibir o ser percibido. Sólo existen sujetos.
"¿Qué es real? ¿Cómo defines lo real? Si estás hablando de lo que puedes sentir, lo que puedes oler, lo que puedes saborear y ver, entonces lo real son simplemente señales eléctricas interpretadas por tu cerebro." MORFEO en MATRIX
El filósofo alemán del siglo XVIII Immanuel Kant perfeccionó el idealismo a través de su análisis de los límites del conocimiento. Sostenía que todo lo que se puede saber de las cosas es su apariencia (fenómeno). Nuestro conocimiento es limitado. Nuestra mente influye en el objeto conocido, en el conocimiento debemos distinguir la materia que son los datos que recibimos, y la forma que es cómo estructuramos esos datos (en un espacio tridimensional y en el tiempo). Los objetos se deben adaptar a nuestro manera de conocer. Más allá de la realidad conocida hay otra realidad, independiente de nuestro pensamiento, incognoscible: la cosa en sí o noúmeno.
Kant explica el cambio que supone su filosofía en la concepción del conocimiento basándose en una analogía con la revolución copernicana. En astronomía, Copérnico comprendió que no se podía entender el movimiento de los objetos celestes si la Tierra está en el centro del Universo y el Sol y los demás objetos celestes giran a su alrededor, para entender el movimiento de los objetos celestes era necesario suponer que es la Tierra la que gira a alrededor del Sol.
Kant considerará que en filosofía es precisa una revolución semejante a la copernicana. La filosofía anterior a Kant suponía que en el conocimiento el Sujeto que conoce es pasivo, que el objeto conocido provoca en él una representación.
“Revoloteaba alegremente; era una mariposa muy contenta de serlo. No sabía que era Chuang Tse. De repente despierta. Era Chuang Tse y se asombró de serlo. Ya no le era posible saber si era Chuang Tse que soñaba ser una mariposa, o era una mariposa que soñaba ser Chuang Tse.”
“Tu vida es lo que experimentas y, más aún, es lo que piensas que has experimentado. Y todo eso ocurre en tu cabeza, que es una habitación cerrada; nadie caminará jamás en esa cabeza ni vivirá en esta habitación para ver las cosas que esa persona ha visto”. True detective
Para el idealismo de Berkeley, existe Dios, las otras mentes y los pensamientos. Nuestras percepciones son contenidos mentales y no podemos saber si existe lo que ellas representan. El sujeto no hace que existan los objetos, sino que su idea es introducida en la mente humana de modo directo por Dios. El cuerpo es una idea muy arraigada en nuestra mente. No tenemos ninguna garantía de que a nuestras percepciones de él les corresponda un objeto externo. Podemos pensarnos existiendo sin cuerpo pero no existiendo sin mente. Existir es percibir o ser percibido. Sólo existen sujetos.
"¿Qué es real? ¿Cómo defines lo real? Si estás hablando de lo que puedes sentir, lo que puedes oler, lo que puedes saborear y ver, entonces lo real son simplemente señales eléctricas interpretadas por tu cerebro." MORFEO en MATRIX
El filósofo alemán del siglo XVIII Immanuel Kant perfeccionó el idealismo a través de su análisis de los límites del conocimiento. Sostenía que todo lo que se puede saber de las cosas es su apariencia (fenómeno). Nuestro conocimiento es limitado. Nuestra mente influye en el objeto conocido, en el conocimiento debemos distinguir la materia que son los datos que recibimos, y la forma que es cómo estructuramos esos datos (en un espacio tridimensional y en el tiempo). Los objetos se deben adaptar a nuestro manera de conocer. Más allá de la realidad conocida hay otra realidad, independiente de nuestro pensamiento, incognoscible: la cosa en sí o noúmeno.
Kant explica el cambio que supone su filosofía en la concepción del conocimiento basándose en una analogía con la revolución copernicana. En astronomía, Copérnico comprendió que no se podía entender el movimiento de los objetos celestes si la Tierra está en el centro del Universo y el Sol y los demás objetos celestes giran a su alrededor, para entender el movimiento de los objetos celestes era necesario suponer que es la Tierra la que gira a alrededor del Sol.
Kant considerará que en filosofía es precisa una revolución semejante a la copernicana. La filosofía anterior a Kant suponía que en el conocimiento el Sujeto que conoce es pasivo, que el objeto conocido provoca en él una representación.
Kant propone que el Sujeto es activo. El sujeto no se limita a reflejar la realidad. nosotros no nos sometemos a las cosas, las cosas son las que se deben someter a nosotros: los objetos deben someterse a la estructura de nuestro conocimiento: el espacio y el tiempo, y las categorias (conceptos a priori) que nos permiten pensar.
Para el idealismo hegeliano o absoluto, todo es producto del pensamiento, no existe esa supuesta realidad en sí que esté más allá de lo conocido. Todo lo racional es real, y todo lo real es racional. La Razón no se identifica con ningún hombre concreto; la identifican con lo Infinito, cuya expresión más usual es Dios.
El realismo crítico es una postura más aceptable. Distingue entre la realidad que conocemos, que nos muestran los sentidos, y la realidad objetiva. Todas las cualidades que únicamente pueden ser percibidas por un sentido, como los colores, los sonidos, los sabores, etcétera, sólo existen en nuestra conciencia. Estas propiedades sólo pueden ser notadas cuando sobre los órganos de nuestros sentidos actúan ciertos estímulos externos.
La realidad es compleja, problemática y multidimensional. Admite distintos niveles de aproximación, que dan distintas visiones de la realidad. La visión de la realidad que nos da el sentido común es diferente a la que nos da la ciencia, las dos son verdaderas pero ninguna es la verdad absoluta.
La filosofía contemporanea busca alternativas a la razón, aunque no las ha encontrado. Por eso sigue siendo una posibilidad la vuelta al pasado, o al menos que pervivan posturas del pasado, como la religión. O el pensamiento positivista o cientificista que intenta reducir o eliminar a la filosofía.
Karl Marx, Sigmund Freud y Friedrich Nietzsche son los tres maestros o filósofos de la sospecha. Se relaciona a los tres pensadores del siglo XIX con la crítica al racionalismo dominante en el pensamiento y en toda la civilización occidental. Desde diferentes puntos de vista, consideraron que la conciencia en su conjunto es una conciencia falsa. Según Marx, la conciencia se falsea por intereses económicos, en Freud por la represión del inconsciente y en Nietzsche por el resentimiento del débil.
La utopia marxista parece acabada. Las ideas de Nietzsche las asumieron los nazis, pero superada esta interpretación racista, no está claro qué es el superhombre. Freud no es optimista, vivir en sociedad significa reprimir nuestros instintos, la felicidad es un difícil equilibrio entre la presión social y los deseos internos, sólo se alcanza en ciertos momentos y en algunos casos en la infancia.
El destino de los hombres está hecho de momentos felices, toda la vida los tiene, pero no de épocas felices. Friedrich Nietzsche.
CRITERIOS DE VERDAD
Definición de verdad:
1-La verdad como identidad: Esta noción corresponde a las proposiciones analíticas, que son verdaderas en virtud de su significado. Las verdades matemáticas son de este tipo.
“Las verdades matemáticas son para siempre. Un edificio bello como la Sagrada Familia, puede destruirse en un terremoto, pero mis teoremas, y los de otros, seguirán siendo verdad en cualquier época, dentro de mil años. No depende de la religión o de si de uno es indio, japonés o español... Esa es la belleza de las matemáticas: una verdad muy poderosa”.
Jin Akiyama
2-La verdad como correspondencia: En las proposiciones sintéticas, la verdad consiste en la adecuación del enunciado con la realidad.
Las creencias que tenemos sobre el mundo no son infalibles; pueden ser erróneas. Sin embargo se puede afirmar que muchas creencias se fundamentan en razones, de forma que el conocimiento resulta fiable.
Seguramente no llegaremos a verificar personalmente que la Tierra es redonda, delegamos la justificación de este conocimiento en otras personas. El argumento de autoridad es una razón muy primaria y cuestionable, existen otros criterios de verdad;
En primer lugar, hay proposiciones que son evidentes, porque no se duda de su verdad, como es el caso de las creencias perceptivas, que se imponen de forma inmediata y directa al sujeto: “leo este libro”, Su verdad se basa en un estado de conciencia o en el testimonio de los sentidos. Existe siempre la posibilidad de dudar del testimonio de los sentidos, podemos ser víctimas de una alucinación o de un sueño, pero, en circustancias normales, el principio dominante es admitir que las creencias perceptivas son fiables.
Otro tipo de proposiciones que resultan evidentes son las proposiciones analíticas, cuya verdad no puede ser cuestionada.
En segundo lugar se encuentran las proposiciones que son coherentes con el resto de proposiciones que forman parte del mismo sistema y que constituyen un mismo campo de conocimientos. Sin embargo, la coherencia tampoco asegura la verdad de una afirmación. Decir que el Sol gira alrededor de la Tierra es una proposición que fue coherente con los conocimientos del mundo que antiguamente tenían.
En tercer lugar se hallan las proposiciones que se justifican por la utilidad que pueden ofrecer, de tal forma que una afirmación es cierta cuando proporciona resultados.
Se pueden tomar como ciertas otras proposciones si resisten el ensayo del método científico, si se realizan experiencias que las pongan a prueba y los resultados no van en contra de lo que afirman.
LA CIENCIA
CM Los métodos de la ciencia son:
Popper pasó sus años de formación en la Viena de principios del siglo veinte, donde la vida intelectual estaba dominada por ideologías basadas en la ciencia, como el marxismo y las escuelas psicoanalíticas de Freud y Adler. Éstas eran ampliamente aceptadas como ramas legítimas de la ciencia natural, y atraían un gran cortejo de seguidores de entre los intelectuales, porque parecían tener un poder enorme de explicación.
Kuhn hace, asimismo, algunos comentarios acerca de sus predecesores en este campo. Afirma que Hempel, Popper y otros describen mal lo que los científicos realmente hacen. Dice que estos distinguidos filósofos de la ciencia han sido engañados y burlados por los autores de los libros de texto para estudiantes.
TEXTO
“Con demasiada frecuencia se suele menospreciar su alcance: la filosofía, se afirma, no es más que un conglomerado de especulaciones abstractas sin significación alguna para la vida; lo que hace falta es estudiar las ciencias prácticas que nos suministran la base de la técnica en todos los campos (no sólo la técnica del ingeniero, sino la del pedagogo y la del psicólogo), también en la ciencia social, la economía y la política. Porque “Primum vivere, deinde philosophari” y el “philosophari” no tiene importancia mayor para la vida.
Otros consideran en cambio que esta idea, hoy tan extendida, es fundamentalmente falsa y que, además, representa un error espiritual peligroso. Y defienden que si se pretende limitar el saber y el conocimiento a su aspecto técnico-práctico, entonces bastará con saber cada vez cómo hay que hacer esto o aquello. Pero con anterioridad a la cuestión del “cómo”, se plantea la cuestión del “Porqué”.
Ahora bien, la respuesta al último porqué sólo la religión y la filosofía nos la pueden ofrecer. Como ya sabemos ambos son saberes muy distintos, el primero nos da una respuesta irracional mientras que el segundo nos da una respuesta racional. El hombre siempre utilizará su razón y, cuando no lo hace de forma consciente y filosófica, lo hace, sin duda, en forma inconsciente y con diletantismo. Esto se aplica también, sin excepción, a todos los que se creen emancipados de cualquier filosofía. La filosofía es un saber inevitable y necesario; las cuestiones filosóficas están muy ligadas a la existencia y a la vida del hombre”
L. Kolakovski: El hombre sin alternativa
“De hecho, el valor de la filosofía debe ser buscado en una larga medida en su real incertidumbre. El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía, va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su país, y de las que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación ni el consentimiento deliberado de su razón. Para este hombre el mundo tiende a hacerse preciso, definido, obvio, los objetos habituales no suscitan problema alguno, y las posibilidades no familiares son desdeñosamente rechazadas. Desde el momento en que empezamos a filosofar, hallamos, por el contrario, como hemos visto en nuestros primeros capítulos, que aun los objetos más ordinarios conducen a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas muy incompletas. La filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza cuál es la verdadera respuesta a las dudas que suscita, es capaz de sugerir diversas posibilidades que amplían nuestros pensamientos y nos liberan de la tiranía de la costumbre. Así, al disminuir nuestro sentimiento de certeza sobre lo que las cosas son, aumenta en alto grado nuestro conocimiento de lo que pueden ser; rechaza el dogmatismo algo arrogante de los que no se han introducido jamás en la región de la duda liberadora y guarda vivaz nuestro sentido de la admiración, presentando los objetos familiares en un aspecto no familiar”
B. Russell: Los problemas de la filosofía
Para el idealismo hegeliano o absoluto, todo es producto del pensamiento, no existe esa supuesta realidad en sí que esté más allá de lo conocido. Todo lo racional es real, y todo lo real es racional. La Razón no se identifica con ningún hombre concreto; la identifican con lo Infinito, cuya expresión más usual es Dios.
El realismo crítico es una postura más aceptable. Distingue entre la realidad que conocemos, que nos muestran los sentidos, y la realidad objetiva. Todas las cualidades que únicamente pueden ser percibidas por un sentido, como los colores, los sonidos, los sabores, etcétera, sólo existen en nuestra conciencia. Estas propiedades sólo pueden ser notadas cuando sobre los órganos de nuestros sentidos actúan ciertos estímulos externos.
La realidad es compleja, problemática y multidimensional. Admite distintos niveles de aproximación, que dan distintas visiones de la realidad. La visión de la realidad que nos da el sentido común es diferente a la que nos da la ciencia, las dos son verdaderas pero ninguna es la verdad absoluta.
Eddington en la provocativa introducción a su libro The Nature of the Physical World, empieza diciendo a sus lectores que, al ponerse a escribir su libro, acercó sus dos sillas a sus dos mesas; y pasa a exponer las diferencias entre las mesas:
Con una de ellas estoy familiarizado desde mis primeros años [...]
Tiene extensión; es relativamente permanente; tiene color; fundamentalmente es sustancial [...]
La mesa Nro. 2 es mi mesa científica. Ella es, más que nada, vacío. Diseminadas aquí y allá en ese vacío hay numerosas cargas eléctricas precipitándose a gran velocidad; pero todo su volumen representa menos de una billonésima del volumen de la mesa misma. Sin embargo, la mesa sostiene el papel en que escribo de un modo tan satisfactorio como la mesa Nro. 1; porque cuando dejo el papel sobre ella, las pequeñas partículas eléctricas, con su temeraria velocidad, siguen actuando por debajo, de tal modo que el papel se mantiene como suspendido en el aire a un nivel casi constante [...]
Hay una enorme diferencia entre que el papel que tengo delante esté posado como sobre un enjambre de moscas, y que se sostenga porque bajo él hay sustancia, dado que la naturaleza intrínseca de la sustancia es ocupar espacio con exclusión de cualquier otra sustancia [...]
Pasando revista a sus propiedades, una por una, parece que hubiera poca diferencia entre las dos mesas, en cuanto a su utilidad para usos corrientes, pero cuando sobrevienen circunstancias anormales mi mesa científica ofrece ventajas sobre la otra. Si la casa se incendia, mi mesa científica se disolverá en humo científico mientras que mi mesa familiar sufrirá tal metamorfosis que no me será posible explicar el cambio y tendré que considerar lo ocurrido como un milagro [...]
Ni que decir tiene que la física moderna me ha asegurado, con pruebas exquisitas y con una lógica despiadada, que mi segunda mesa, la mesa científica, es la única que en realidad está allí [...]
Ni que decir tiene, por otra parte, que la física moderna no conseguirá nunca exorcizar esa primera mesa –extraño compuesto de naturaleza externa, imaginería mental y prejuicio heredado– cuando se presenta visible a mis ojos y tangible a mis manos.
¿Existe otra forma de conocimiento además del conocimiento racional?
La modernidad rompió con el pensamiento mítico y religioso. Apoyándose en la razón pretendía llevar a la humanidad a un mundo mejor. El desarrollo de la ciencia nos ha dado el dominio sobre la naturaleza y la posibilidad de extendernos por el Universo. Pero nuestro mundo no es mejor, sobre nosotros pende la espada de damocles nuclear, la posibilidad de un futuro apocalíptico. La razón tiene límites y posiblemente no pueda solucionar todos nuestros problemas.
Tiene extensión; es relativamente permanente; tiene color; fundamentalmente es sustancial [...]
La mesa Nro. 2 es mi mesa científica. Ella es, más que nada, vacío. Diseminadas aquí y allá en ese vacío hay numerosas cargas eléctricas precipitándose a gran velocidad; pero todo su volumen representa menos de una billonésima del volumen de la mesa misma. Sin embargo, la mesa sostiene el papel en que escribo de un modo tan satisfactorio como la mesa Nro. 1; porque cuando dejo el papel sobre ella, las pequeñas partículas eléctricas, con su temeraria velocidad, siguen actuando por debajo, de tal modo que el papel se mantiene como suspendido en el aire a un nivel casi constante [...]
Hay una enorme diferencia entre que el papel que tengo delante esté posado como sobre un enjambre de moscas, y que se sostenga porque bajo él hay sustancia, dado que la naturaleza intrínseca de la sustancia es ocupar espacio con exclusión de cualquier otra sustancia [...]
Pasando revista a sus propiedades, una por una, parece que hubiera poca diferencia entre las dos mesas, en cuanto a su utilidad para usos corrientes, pero cuando sobrevienen circunstancias anormales mi mesa científica ofrece ventajas sobre la otra. Si la casa se incendia, mi mesa científica se disolverá en humo científico mientras que mi mesa familiar sufrirá tal metamorfosis que no me será posible explicar el cambio y tendré que considerar lo ocurrido como un milagro [...]
Ni que decir tiene que la física moderna me ha asegurado, con pruebas exquisitas y con una lógica despiadada, que mi segunda mesa, la mesa científica, es la única que en realidad está allí [...]
Ni que decir tiene, por otra parte, que la física moderna no conseguirá nunca exorcizar esa primera mesa –extraño compuesto de naturaleza externa, imaginería mental y prejuicio heredado– cuando se presenta visible a mis ojos y tangible a mis manos.
¿Existe otra forma de conocimiento además del conocimiento racional?
La modernidad rompió con el pensamiento mítico y religioso. Apoyándose en la razón pretendía llevar a la humanidad a un mundo mejor. El desarrollo de la ciencia nos ha dado el dominio sobre la naturaleza y la posibilidad de extendernos por el Universo. Pero nuestro mundo no es mejor, sobre nosotros pende la espada de damocles nuclear, la posibilidad de un futuro apocalíptico. La razón tiene límites y posiblemente no pueda solucionar todos nuestros problemas.
La filosofía contemporanea busca alternativas a la razón, aunque no las ha encontrado. Por eso sigue siendo una posibilidad la vuelta al pasado, o al menos que pervivan posturas del pasado, como la religión. O el pensamiento positivista o cientificista que intenta reducir o eliminar a la filosofía.
Karl Marx, Sigmund Freud y Friedrich Nietzsche son los tres maestros o filósofos de la sospecha. Se relaciona a los tres pensadores del siglo XIX con la crítica al racionalismo dominante en el pensamiento y en toda la civilización occidental. Desde diferentes puntos de vista, consideraron que la conciencia en su conjunto es una conciencia falsa. Según Marx, la conciencia se falsea por intereses económicos, en Freud por la represión del inconsciente y en Nietzsche por el resentimiento del débil.
La utopia marxista parece acabada. Las ideas de Nietzsche las asumieron los nazis, pero superada esta interpretación racista, no está claro qué es el superhombre. Freud no es optimista, vivir en sociedad significa reprimir nuestros instintos, la felicidad es un difícil equilibrio entre la presión social y los deseos internos, sólo se alcanza en ciertos momentos y en algunos casos en la infancia.
El destino de los hombres está hecho de momentos felices, toda la vida los tiene, pero no de épocas felices. Friedrich Nietzsche.
CRITERIOS DE VERDAD
Definición de verdad:
1-La verdad como identidad: Esta noción corresponde a las proposiciones analíticas, que son verdaderas en virtud de su significado. Las verdades matemáticas son de este tipo.
“Las verdades matemáticas son para siempre. Un edificio bello como la Sagrada Familia, puede destruirse en un terremoto, pero mis teoremas, y los de otros, seguirán siendo verdad en cualquier época, dentro de mil años. No depende de la religión o de si de uno es indio, japonés o español... Esa es la belleza de las matemáticas: una verdad muy poderosa”.
Jin Akiyama
2-La verdad como correspondencia: En las proposiciones sintéticas, la verdad consiste en la adecuación del enunciado con la realidad.
Las creencias que tenemos sobre el mundo no son infalibles; pueden ser erróneas. Sin embargo se puede afirmar que muchas creencias se fundamentan en razones, de forma que el conocimiento resulta fiable.
Seguramente no llegaremos a verificar personalmente que la Tierra es redonda, delegamos la justificación de este conocimiento en otras personas. El argumento de autoridad es una razón muy primaria y cuestionable, existen otros criterios de verdad;
En primer lugar, hay proposiciones que son evidentes, porque no se duda de su verdad, como es el caso de las creencias perceptivas, que se imponen de forma inmediata y directa al sujeto: “leo este libro”, Su verdad se basa en un estado de conciencia o en el testimonio de los sentidos. Existe siempre la posibilidad de dudar del testimonio de los sentidos, podemos ser víctimas de una alucinación o de un sueño, pero, en circustancias normales, el principio dominante es admitir que las creencias perceptivas son fiables.
Otro tipo de proposiciones que resultan evidentes son las proposiciones analíticas, cuya verdad no puede ser cuestionada.
En segundo lugar se encuentran las proposiciones que son coherentes con el resto de proposiciones que forman parte del mismo sistema y que constituyen un mismo campo de conocimientos. Sin embargo, la coherencia tampoco asegura la verdad de una afirmación. Decir que el Sol gira alrededor de la Tierra es una proposición que fue coherente con los conocimientos del mundo que antiguamente tenían.
En tercer lugar se hallan las proposiciones que se justifican por la utilidad que pueden ofrecer, de tal forma que una afirmación es cierta cuando proporciona resultados.
Se pueden tomar como ciertas otras proposciones si resisten el ensayo del método científico, si se realizan experiencias que las pongan a prueba y los resultados no van en contra de lo que afirman.
LA CIENCIA
CM Los métodos de la ciencia son:
La deducción es útil especialmente en las ciencias formales, matemáticas y lógica. Es un tipo de razonamiento que extrae conclusiones de proposiciones más generales.
La inducción es un tipo de razonamiento que consiste en generalizar a partir de hechos concretos. No permite construir un conocimiento seguro o indudable.
Estos dos métodos también los emplea la filosofía.
El método hipotético-deductivo para explicar un hecho elabora una hipótesis o explicación provisional, que debe ponerse a prueba con experimentos y observaciones. Si el resultado es positivo queda provisionalmente aceptada y se convierte en una ley científica. En caso contrario queda refutada y debe reiniciarse el proceso.
En la practica es algo más complicado. La idea de fondo es que las leyes y las teorías científicas tienen un valor provisional y pueden ser sustituidas por otras mejores. Ninguna teoría puede considerarse verdadera en sentido estricto.
Carl Hempel dio cuenta del modo como operan los científicos; su teoría es bien conocida y gozaba de aceptación general hasta hace muy poco. Hempel dijo que la ciencia estaba basada en el método hipotético-deductivo. Esto significa que se supone que los científicos comienzan efectuando y llevando a cabo observaciones en el campo que estén investigando, cualquiera que éste sea; después, formulan una ley explicatoria hipotética; en tercer lugar, esta ley hipotética es usada luego como premisa en un argumento deductivo.
Karl Popper es tal vez el filósofo de la ciencia más famoso del siglo XX. Su descripción del razonamiento científico se denomina la teoría de la falsación.
Un marxista no podía abrir un diario sin encontrar en cada página una evidencia confirmadora de su interpretación de la historia; no sólo en las noticias, sino también en su presentación que revelaba el prejuicio de clase del diario y especialmente, claro, en lo que el diario no decía. El análisis freudiano destacaba que sus teorías quedaban constantemente verificadas por sus observaciones clínicas.
Popper se dio cuenta de que una teoría que parece explicarlo todo en realidad no explica nada. Si los salarios disminuían era porque los capitalistas estaban explotando a los obreros, como Marx predecía que lo harían, y si los sueldos se elevaban era porque los capitalistas estaban intentando salvar un sistema podrido mediante unos sobornos, que era también lo que el marxismo predecía. Un psicoanalista podría explicar por qué un hombre cometería asesinato o, con la misma facilidad, por qué el mismo hombre sacrificaría su propia vida para salvar la de otro. Pero según Popper, una teoría con una capacidad explicativa genuina hace predicciones arriesgadas, que excluyen la mayor parte de posibles resultados. El éxito en la predicción es impactante sólo si el fracaso es una verdadera posibilidad.
Popper quedó impresionado por el contraste entre la metodología de Marx o Freud por una parte, y de Albert Einstein por la otra. Einstein expuso casi temerariamente su Teoría General de la Relatividad a la falsación prediciendo el resultado de un osado experimento. En contraste, los freudianos buscaban sólo ejemplos confirmadores, y hacían su teoría tan flexible que todo contaba como confirmación. Marx sí hizo predicciones específicas acerca de las inevitables crisis del capitalismo, pero cuando los acontecimientos no se materializaron, sus seguidores modificando la teoría, de modo que siguiese explicando todo lo que sucediese.
Popper sostiene que los científicos formulan teorías falsables, que después comprueban. En cierto modo se puede decir que los científicos pierden gran parte de su tiempo intentando demostrar que sus propias teorías son falsas. Cuando se ha demostrado que todas las teorías científicas son falsas menos una, entonces se puede concluir, al menos por el momento, que la teoría que queda es la correcta. Pero ninguna teoría es segura todo el tiempo. Toda teoría es una hipótesis y, por tanto, está siempre abierta a la posibilidad de ser refutada.
Hay algunas objeciones que hacer a la descripción de Popper.
-Una es que no es posible comprobar todas y cada una de las teorías, dado que la ingenuidad humana es capaz de construir un número infinito de ellas.
-La siguiente es que Popper no puede en realidad explicar por qué exactamente algunas teorías son desechadas por ser obviamente falsas y no merecer la pena en absoluto comprobarlas.
-En realidad, nos basamos en el sentido común para que nos diga qué teorías son demasiado absurdas para preocuparnos de ellas.
-Una es que no es posible comprobar todas y cada una de las teorías, dado que la ingenuidad humana es capaz de construir un número infinito de ellas.
-La siguiente es que Popper no puede en realidad explicar por qué exactamente algunas teorías son desechadas por ser obviamente falsas y no merecer la pena en absoluto comprobarlas.
-En realidad, nos basamos en el sentido común para que nos diga qué teorías son demasiado absurdas para preocuparnos de ellas.
A primera vista, la descripción de Popper supone que, tan pronto como un científico haga una o dos observaciones que no se ajusten a la teoría en curso, esta teoría será abandonada por falsa. Pero en realidad sucede a menudo que la teoría tiene preferencia sobre la observación. ¿Quién abandonaría la teoría heliocéntrica del sistema solar sobre la base de unas cuantas observaciones empíricas anómalas?
Thomas Kuhn y Paul Feyerabend decidieron que la mejor manera de averiguar la naturaleza del método científico es observar y tomar nota de las actividades de los científicos reales pasados y presentes. La observación que hizo Kuhn de los científicos e investigaciones de la historia de la ciencia le llevó a distinguir dos variedades diferentes de empresa científica: la ciencia normal y la ciencia revolucionaria.
La ciencia normal no elabora nuevas teorías, ni comprueba la exactitud de las antiguas. La ciencia normal simplemente da por sentado que las teorías al uso son ciertas. Procede fijando los hechos sabidos o hechos ciertos con mayor precisión, investigando sucesos inexplicados con la pretensión de ajustarlos a la teoría y resolviendo pequeñas ambigüedades teóricas. La metodología de la ciencia normal consiste en hacer entrar a la naturaleza dentro de varios moldes teóricos normalmente aceptados, por las buenas o por las malas.
De cuando en cuando, dice Kuhn, tiene lugar una revolución científica. Tales revoluciones son sumamente raras, sin embargo, y suceden sólo cuando las teorías existentes resultan muy claramente insatisfactorias. Durante algún tiempo pueden competir varias teorías diferentes (y varios científicos diferentes) hasta que una de ellas llega a ser preferida entre las demás. El triunfo de una teoría será debido a una diversidad de factores:
-a su capacidad para explicar hechos reacios a ello,
-a su utilidad a la hora de resolver problemas y hacer predicciones acertadas
-a la influencia y prestigio de los científicos que la inventaron y que la apoyan.
El prestigio científico de un individuo, dice Kuhn, se considera a menudo la consecuencia y la prueba de una habilidad excepcional; pero en realidad puede también ser debido a cosas tales como tener amigos poderosos en el mundo de los negocios y en el de la política. Para que una teoría tenga éxito su inventor debe tener acceso a dinero para la investigación y una posición relativamente alta en la jerarquía académica, además de habilidad.
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Kuhn hace, asimismo, algunos comentarios acerca de sus predecesores en este campo. Afirma que Hempel, Popper y otros describen mal lo que los científicos realmente hacen. Dice que estos distinguidos filósofos de la ciencia han sido engañados y burlados por los autores de los libros de texto para estudiantes.
Los libros de texto escritos para los estudiantes de ciencias simplifican drásticamente. Suprimen muchos datos históricos, sobre todo aquellos que se considera que «confunden el problema». Explican las teorías del momento como si fuesen la verdad definitiva. Y de un modo u otro siempre potencian el mito de que la ciencia está constantemente progresando y constantemente superando los puntos débiles y los fallos de las generaciones anteriores. Los libros de texto de las ciencias nunca revelan el hecho de que teorías anteriores que todavía se usan (como la de Newton) contradigan, a menudo, algunas ideas del momento. En lugar de ello, describen incorrectamente estas teorías anteriores como versiones más simples y más especializadas de las modernas. Se dice que las teorías antiguas aceptadas son coherentes con las del momento, incluso aunque éste no sea el caso.
Por otra parte, cuando los científicos modernos han rechazado completamente una teoría anterior, entonces los libros de texto describen la teoría rechazada como acientifica. De esta manera fomentan directamente la creencia de que es imposible que una teoría científica sea falsa y fomentan indirectamente la creencia de que los verdaderos científicos son infalibles.
Kuhn, sin embargo, afirma que los libros de texto tienen que ser como son. Las distorsiones que se encuentran entre sus explicaciones son necesarias para el entrenamiento de jóvenes científicos, cuyas mentes tienen que ser cerradas a teorías que no son productivas en ese momento.
TEXTO
“Con demasiada frecuencia se suele menospreciar su alcance: la filosofía, se afirma, no es más que un conglomerado de especulaciones abstractas sin significación alguna para la vida; lo que hace falta es estudiar las ciencias prácticas que nos suministran la base de la técnica en todos los campos (no sólo la técnica del ingeniero, sino la del pedagogo y la del psicólogo), también en la ciencia social, la economía y la política. Porque “Primum vivere, deinde philosophari” y el “philosophari” no tiene importancia mayor para la vida.
Otros consideran en cambio que esta idea, hoy tan extendida, es fundamentalmente falsa y que, además, representa un error espiritual peligroso. Y defienden que si se pretende limitar el saber y el conocimiento a su aspecto técnico-práctico, entonces bastará con saber cada vez cómo hay que hacer esto o aquello. Pero con anterioridad a la cuestión del “cómo”, se plantea la cuestión del “Porqué”.
Ahora bien, la respuesta al último porqué sólo la religión y la filosofía nos la pueden ofrecer. Como ya sabemos ambos son saberes muy distintos, el primero nos da una respuesta irracional mientras que el segundo nos da una respuesta racional. El hombre siempre utilizará su razón y, cuando no lo hace de forma consciente y filosófica, lo hace, sin duda, en forma inconsciente y con diletantismo. Esto se aplica también, sin excepción, a todos los que se creen emancipados de cualquier filosofía. La filosofía es un saber inevitable y necesario; las cuestiones filosóficas están muy ligadas a la existencia y a la vida del hombre”
L. Kolakovski: El hombre sin alternativa
“De hecho, el valor de la filosofía debe ser buscado en una larga medida en su real incertidumbre. El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía, va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su país, y de las que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación ni el consentimiento deliberado de su razón. Para este hombre el mundo tiende a hacerse preciso, definido, obvio, los objetos habituales no suscitan problema alguno, y las posibilidades no familiares son desdeñosamente rechazadas. Desde el momento en que empezamos a filosofar, hallamos, por el contrario, como hemos visto en nuestros primeros capítulos, que aun los objetos más ordinarios conducen a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas muy incompletas. La filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza cuál es la verdadera respuesta a las dudas que suscita, es capaz de sugerir diversas posibilidades que amplían nuestros pensamientos y nos liberan de la tiranía de la costumbre. Así, al disminuir nuestro sentimiento de certeza sobre lo que las cosas son, aumenta en alto grado nuestro conocimiento de lo que pueden ser; rechaza el dogmatismo algo arrogante de los que no se han introducido jamás en la región de la duda liberadora y guarda vivaz nuestro sentido de la admiración, presentando los objetos familiares en un aspecto no familiar”
B. Russell: Los problemas de la filosofía
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