lunes, 21 de marzo de 2011

LA SOCIEDAD SEGÚN MARX



El trabajo pone en relación al hombre con la naturaleza y con los demás hombres. El hombre es un ser activo cuya actividad principal es el trabajo. La concepción del hombre como ser teórico procede de la sociedad esclavista griega, donde el trabajo de transformación de la naturaleza estaba reservado a los esclavos. El hombre se va creando a sí mismo a lo largo de la historia. La enajenación es un proceso necesario, no es posible alcanzar desde el primer momento la plenitud de nuestra esencia (humanidad). Toda la historia anterior al comunismo es historia de la enajenación. 


Al vivir en un mundo de escasez, el hombre se ve obligado a anteponer todo a su supervivencia. La satisfacción de sus necesidades individuales se convierte en la guía de su acción, los demás se convierten en rivales y en instrumentos potenciales para sus intereses. Los seres humanos quedan así irremediablemente separados los unos de los otros por un egoísmo radical. El orden social se basa en la dominación directa de unos sobre otros, o mediante los mecanismos del mercado, que es una forma indirecta de dominación. 


La economía de una sociedad deter­mina el carácter de su vida legal, política y cultural. Se­gún Marx, si la gente está constantemente luchando por sobrevivir es imposible que surjan ni la poesía ni unas costumbres legales y sociales comple­jas. El tipo de sociedad en el seno de la cual nace un individuo le impone unos limites fundamen­tales a su desarrollo y sus posibilidades personales. Por otra parte, aunque los seres humanos son productos indiscutibles de las circunstancias también ellos son quienes cambian esas circunstancias. Marx está muy lejos de creer que seamos las víctimas pasivas del determinismo. Insiste en las posibilidades del cambio social y de la práctica revolucionaria. La estructura de la sociedad es económica, está constituida por:
-Las fuerzas productivas: medios de producción y fuerza de trabajo.
-Las relaciones de producción: formas de propiedad
-La superestructura ideológica: formas de conciencia o ideologías 


Las ideologías son sistemas de creencias. En la teoría marxista la palabra ideología a menudo tiene tintes peyorativos que sugieren que las creencias en cuestión son sos­pechosas o, en lenguaje de Marx, que están «arraigadas en una falsa conciencia». Todas las sociedades corruptas, es decir, no comunistas, están sostenidas por sus respectivas ideologías. Todas las jerarquías están justificadas por una ideología y, naturalmente, aquellos que acepten la ideología local defenderán ésa jerarquía aunque ellos vivan en el último escalafón. Esta defensa podría consistir en la idea de que hay un orden natural en el que el pobre y el humil­de son evidentemente inferiores a las demás personas. O bien podría consistir en la idea de que sin jerarquía la so­ciedad se desmoronaría. 


La religión intenta tapar el desgarramiento y la miseria sociales, inventando un mundo divino, un reino independiente que flota en las nubes. "La religión es el opio del pueblo", “Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo”, la discusión sobre la verdad o falsedad de un problema aislado de la práctica, es un problema puramente escolástico. 


Lenin, afirma que el modo de combatir las creencias ideológicas es crear un «grupo de vanguardia» cuya misión será introducir creencias correctas. Sin los esfuerzos de un grupo así podría ser que el proletariado no saliese nunca de su mun­do dominado por la ideología.


FORMAS DE PRODUCCION

La primera forma de producción o de propiedad es el edén, en ella la producción está todavía sin desarrollar. La gente vive de la caza, la pesca y de la recolección de frutos. 


La segunda forma de propiedad es la esclavitud, surge cuando aumenta la po­blación, las sociedades se hacen más complejas y se incre­menta el contacto entre las tribus en forma de comercio y de guerras. Las comunidades tribales complejas, así como los Estados feudales son sociedades de esclavos según la clasificación marxista. Una comunidad tribal compleja surge de la unión de varias tribus. Marx afirma que estos grupos conservan al principio algunas formas tradicionales de propiedad comunal que coexisten con la propiedad privada. 


La sociedad feudal se desarrolla en tomo a la división de la gente en propietarios y no propietarios de tierras. En una comunidad feudal tanto los siervos campesinos como los nobles que poseen las fincas integran una estructura social jerárqui­ca, que está impuesta y sostenida por las cuadrillas de criados armados de la nobleza. 


La tercera forma de propiedad es el capitalismo. Allí donde hay comercio aparecerá una clase social de comerciantes. El capitalismo representa la victoria de esta nueva clase, a la cual se suele denominar clase media o burguesía. Bajo el capitalismo la clase media, o uno de sus sectores, posee los medios de producción y el del dinero: posee fábricas, bancos, buques, etc. El capitalista usa su control de los medios de producción para obligar a la gente a trabajar para él y, una vez la ha empleado, la obliga a que trabaje más tiempo del equivalente a sus salarios, generando así trabajo excedente. En este caso la explotación se funda en el poder económico del propietario, no en que tenga monopolio de la violencia, como ocurre en el feudalismo o el esclavismo. La explotación aquí es disimulada porque no hay restricción física, porque el trabajador es legalmente libre y ha acordado, aparentemente de forma voluntaria, trabajar para el capitalista. Sin embargo, no es por esto menos efectiva la explotación. 


La cuarta etapa de la propiedad es el socialismo. El socialismo se hace posible una vez que existe una fuerza de trabajo industrializada y medio educada. La clase inferior de la sociedad industrial, el proletariado, trabaja por un pequeño salario y el excedente que produ­ce va destinado a enriquecer a sus dominadores, la bur­guesía. Los proletarios, por supuesto, necesitan trabajar ya que, al no tener propiedades, no tie­nen nada que vender más que su trabajo. Pero es importante recordar que los capitalistas necesitan a los trabajadores tanto o más de lo que los trabajadores necesitan sus empleos. Una revolución socialista po­drá tener lugar, cuando los trabajadores se den cuenta de que tienen poder sobre aquellos que les emplean. En este momento del proceso histórico los trabajadores se levantan contra la burguesía y toman el con­trol de los medios de producción. Del mismo modo que la «revolución» capitalista se puede describir como la victoria de la burguesía sobre los terratenientes feudales, así también la revolución socialista se puede considerar la vic­toria del proletariado sobre la clase media de los controla­dores de la producción industrial. 


Igual que anteriormente las sociedades desarrollaron tensiones que al final condujeron a su caída, así también las sociedades socialistas se desmoronarán bajo la presión de sus propias contradicciones internas. La misma «dictadura del proletariado» es la primera señal de esas tensiones destructivas. La última etapa de la evolu­ción humana sólo se alcanzará, cuando se supere esta dictadura. En ese momento de la historia el Estado desaparecerá, no habrá más propiedad ni más divisiones en clases sociales. 


Hay muy pocas descripciones positivas de Marx, ni de nadie, acerca de cómo sería el Estado (mejor dicho, el no-Estado) comunista. En algunos escritos tempranos Marx describe una especie de comunidad idílica en la que la gente pasa mucho tiempo pescando y escribiendo poesía. Las demás descripciones de la utopía son negativas: no habrá más lucha de clases, no habrá más explotación del hombre por el hombre, no habrá propiedad privada de los medios de producción, ni tampoco habrá; males ni problemas sociales. Marx critica el comunismo grosero (el primitivo y el de sus contemporáneos), lo califica de envidia general constituida en poder, deseo de nivelación que no es la supresión de la propiedad privada, sino su absoluta generalización y la extensión a todos del destino del obrero. Marx hace así un diagnóstico estremecedor de realidades históricas posteriores.

LA ENAJENACION EN EL CAPITALISMO

En el trabajo el hombre debería realizarse como hombre, pero en la sociedad capitalista sucede precisamente lo contrario, se produce la alienación del hombre. La alienación afecta a todos los estratos de la sociedad, distorsionando hasta las funciones naturales del hombre. El hombre en el capitalismo, cualquiera que sea la clase social a la que pertenezca se encuentra alienado. 


Llamamos mercancía a cualquier objeto que es producido con vistas a su cambio por otros objetos, Como mercancías, las cosas son sólo cantidades, y esto quiere decir que son cantidades de una magnitud única, la materialización de esa magnitud es el dinero. Dos objetos pueden valer lo mismo a efectos de cambio aunque sean cualitativamente diferentes.

La sociedad capitalista es aquella sociedad en la que todas las cosas son mercancías. La alienación se da en cuatro dimensiones: 


-con respecto al producto de su trabajo, al convertirse en capital de otros, se convierte en un ser extraño, que él no posee ni domina, de hecho cuantos más objetos produce el trabajador, menos posee y más sujeto está a la dominación de su producto, es decir, del capital. En el capitalismo se da la ley tendencial del descenso de la tasa de ganancia. La consecuencia es la concentración del capital y el empobrecimiento del proletariado. El obrero se convierte en una mercancía tanto más barata cuantas más mercancías crea. A medida que se valoriza el mundo de las cosas se desvaloriza, en razón directa, el mundo de los hombres. 


-con respecto a su propia actividad, su trabajo no es voluntario sino forzado, no es la satisfacción de una necesidad, sino un medio de satisfacer las necesidades fuera del trabajo. Entonces el hombre sólo se siente libre en sus funciones animales: comer, beber, engendrar...en cambio en sus funciones humanas se siente como animal, lo humano se convierte en lo animal y lo animal en humano. El hombre no se siente feliz, sino desgraciado, no desarrolla su energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Se encuentra fuera de sí y sólo se siente en sí fuera del trabajo. 


-con respecto a la naturaleza, aparece como algo ajeno al trabajador, como propiedad de otro, no como el cuerpo inorgánico del hombre. La naturaleza es su cuerpo porque no puede separarse de ella si quiere sobrevivir, a la vez el ser humano es parte de la naturaleza. 


-con respecto a los otros hombres, el hombre a diferencia de los animales es capaz de trabajar para sí mismo y para los demás, para transformar el mundo en favor de la especie humana. Pero en el trabajo alienado se corta toda relación con la Naturaleza y con la Humanidad, cada uno trabaja para sí mismo y el otro aparece todo lo más, como el un ser extraño al que le pertenece su trabajo y el producto de su trabajo.





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